Las cosas “al aventón”. Algo en común entre todos nuestros colaboradores, sea cual sea su especialidad, es la meticulosidad y el amor por el oficio y los libros bien hechos. No comulgamos en absoluto con la cultura del mínimo esfuerzo que tristemente es tan frecuente en la industria editorial del país.
No nos desbordamos. La experiencia nos ha enseñado a no emprender muchos proyectos simultáneamente. Al margen de los servicios aislados, que están casi siempre disponibles, nos ocupamos de un número limitado de ediciones complejas —que involucran varias etapas y tipos de servicios— y ello nos permite mantener nuestros altos estándares de calidad y una máxima capacidad de respuesta. No nos interesa hacer muchas cosas: nos interesa hacerlas bien.
No mentimos. Si nos comprometemos a hacer algo, eso es exactamente lo que hacemos. Cuando nos hacemos cargo de un servicio o un proyecto organizamos los tiempos de manera realista y razonable para encontrar un buen balance entre calidad y velocidad. Sabemos que tan importante como hacer las cosas bien es hacerlas a tiempo; honramos siempre los acuerdos con quienes depositan su confianza en nosotros.
No abusamos ni de nuestros clientes ni de nuestros colaboradores. Creemos en los modelos de negocios justos y transparentes, donde todos pueden y deben obtener beneficios y ganancias, sean éstas económicas o inmateriales, sin que ello suponga afectar los intereses de las otras partes involucradas.